El primer paso para hacer una limpieza adecuada es
desconectar el aparato de la corriente, de esta manera no solo ahorraremos
energía, también podremos trabajar de manera más cómoda sin que el pitido de la
puerta nos recuerde que la hemos dejado abierta.
Debemos vaciar la nevera antes de empezar a limpiarla, apagado el frigorífico, el siguiente paso es vaciar la nevera de alimentos, lo ideal es conservarlos en bolsas isotérmicas o en un lugar fresco para que no se deterioren durante todo el proceso.
Antes de empezar a limpiar, debemos
asegurarnos de que no hay placas de hielo, si las hubiese, es recomendable
esperar a que se descongelaran.
Las hueveras, los cajones, las bandejas y las otras piezas
desmontables pueden lavarse fuera, bien con jabón, bien metiéndolas en el
lavaplatos.
Presta atención: En las gomas de la puerta se acumulan la mayoría de los hongos
Mientras se secan las partes desmontables, podremos empezar
a limpiar con un paño húmedo y jabón neutro, esto primer paso únicamente sirve
para eliminar la suciedad superficial por ejemplo, las manchas o las
incrustaciones.
Para desinfectar y acabar con los microorganismos se
necesitan soluciones químicas, normalmente se suele utilizar vinagre porque
debido a su acidez es un desinfectante natural que no deja residuos sintéticos.
Es importante limpiar las asas de apertura de la nevera, pues en ellas se concentra la mayor contaminación. Ya limpio, dejaremos la puerta abierta de la nevera para que se vaya la humedad. Si queremos acelerar el proceso podemos pasarle un papel en seco.
Aunque no lo parezca, la cara exterior de la nevera es una de las partes que deberíamos limpiar con más frecuencia. Sobre todo las asas de apertura, donde se concentra una mayor contaminación, aquí sí se pueden utilizar productos de limpieza estándar, siempre y cuando se trate de materiales no oxidables.
Aunque se recomienda hacer una limpieza a fondo cada tres o cuatro meses, existen también maneras de prevenir tanto la acumulación de microorganismos como el mal olor que estos provocan.
Una de ellas es tan
sencilla como limpiar al momento el derrame de cualquier producto, ya sea una
gota de leche o un poco de mermelada. Otra de las claves es limpiar
externamente los recipientes de cristal o tuppers antes de meterlos dentro de
la nevera.
La solución a los olores
Lo mejor para eliminar los olores es colocar alimentos muy
neutros o muy ácidos, como un limón abierto, para que absorba los olores
¿Y para acabar con los malos olores? desaconseja totalmente
el uso de ambientadores químicos si se quiere evitar que los alimentos absorban
los olores artificiales. Lo mejor es colocar alimentos muy ácidos o muy neutros,
como un limón abierto o una pizca de bicarbonato, para que absorban los olores.